El periódico de mi provincia, que leo desde pequeño y que de franquista total pasó a progre total sin necesidad de cambiar de dueños, dedica un artículo a copiar al Washington Post y meterse con la integridad moral de Sarah Palin por un asunto de unas dietas.
Otra página entera habla del hambre que, según ellos, han traído los huracanes a Cuba. Escriben que Cuba importaba el 84% de los alimentos antes del Ike y se interrogan ¿qué va a pasar ahora? Pues que importará de Estados Unidos un poco más de alimentos, digo yo, ayudados por el níquel que explota la Sherritt, una multinacional canadiense, en la zona de Moa, una de las minas a cielo abierto (de esas que horrorizan a los ecologistas) de las más grandes del mundo.
Pongo arriba una gráfica con las frecuencias anuales de huracanes en el Atlántico Norte, desde 1944 hasta el 2007. En azul se representa el número total de huracanes y en rojo los que han sido grandes, entre categoría 3 y 5 . (nota: la leyenda de la gráfica dice 1944-2006 pero es 1944-2007).
La temporada del año 2005 fue la más afectada y encima coincidió con el desastre del Katrina. Pero las temporadas siguientes 2006 y 2007 fueron muy flojas. Veremos al final cómo queda ésta.
Sobre si han aumentado o no los huracanes observen la gráfica y juzguen ustedes mismos, que hoy, después de leer esta prensa, me he puesto un poco amarillo.