16 octubre 2008

Canadá, Islandia, Polonia ...y más


Kyoto se llama el perrito del leader del Partido Liberal canadiense, Stéphane Dion, que ayer se dio un batacazo en las elecciones generales de Canadá. Lo leí en Nature, esa revista científica que se suele poner muy tierna con los que van por el camino correcto y fiera con los que dudan, aunque sea un poco. En un artículo del 18 de Septiembre se congratulaban de que en las elecciones canadienses de ayer el asunto del cambio climático fuese muy importante y , por supuesto, dejaban a entender que su candidato era el Partido Liberal, por su firme decisión de descarbonizar Canadá y volver a Kyoto . O los Verdes, que ayer no obtuvieron ningún parlamentario. Vaya acierto.

Como el del lehendakari, que hoy en Bilbao va a presentar a Al Gore en una conferencia en el Guggenheim exclusiva para empresarios... Qué visita más oportuna ... Qué coñazo, con perdón...

Un país vecino del canadiense, la isla de Islandia, era hasta hace un mes presentada en los medios como la isla ideal, la más simpática, la más inteligente, la más moral ... porque toda su electricidad proviene de fuentes renovables: el 85% hidroeléctrica y el 15 % geotérmica. El súmmum de la naturalidad. Hoy, después de la quiebra de sus bancos, la isla está tan barata que no sé si la van a comprar unos chinos o unos rusos, mientras que muchos islandeses piensan en lo mismo que hizo hace mil años Erik el Rojo: largarse.

Ya en el continente europeo, para escándalo de El País, rebelión contra Kyoto y postkyoto, liderada por los países del este, con Polonia a la cabeza. En Polonia prácticamente toda la electricidad proviene de centrales térmicas de carbón. De un carbón que además sigue siendo nacional.