Según estimaciones de la FAO en el año 2008 se produjo un nuevo record en la producción global de cereales y los stocks de reserva aumentaron un 10 %. Las mejoras de la productividad agrícola y un clima global que no va a peor, sino más bien lo contrario, propiciaron este resultado. Incluso el incremento del CO2, fertilizando el aire, contribuyó en una parte, aún no bien determinada, al aumento de las cosechas (CO2 Science).
La nota menos positiva fue que la mayor parte del incremento ocurrió en los países desarrollados y el crecimiento en los países subdesarrollados fue muy pequeño, aunque no en todos. Hubo un boom en la producción cerealística del Sahel, la franja de países al sur del Sahara, en donde las abundantes lluvias propiciaron la excelente cosecha.
El hambre persiste en muchos países, pero no por razones climáticas sino esencialmente políticas, como en Zimbawe y Corea del Norte. Es criminal atribuirlo al clima.
ref.: ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/011/ai476e/ai476e00.pdf
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