Desde que he leído en el Time que el multimillonario inversor Warren Buffett, a sus 81 años, bebe al día casi dos litros de coca-cola, con sus burbujitas de CO2 incluídas, he aumentado sin complejos la dosis.
En el 2009, mientras que aquí en Europa se reconvertían gloriosas vías de antaño en verdes carriles-bici y pintorescos trenecillos, en Estados Unidos Buffett las compraba para seguir transportando en sus vagones paquetes, grano, hierro y, sobre todo, carbón desde las minas de Wyoming y de Montana.
En el 2011 la energía eléctrica de Estados Unidos provino del carbón en un 44,9 %. En el 2012, debido al boom del gas de esquisto se pronostica que baje un poco, al 43,5 %, pero en contrapartida se espera que la exportación se duplique en los próximos tres o cuatro años, debido a la demanda creciente de carbón en Japón, Corea y los países emergentes.