Las plataformas Elgin, de Total, que han sido evacuadas.
Desde hace una semana se está produciendo una fuga de gas natural en dos plataformas del Mar del Norte situadas a 200 kilómetros de la costa oriental de Escocia, pertenecientes a la firma francesa Total. Sus 238 trabajadores fueron evacuados por existir riesgo de explosión. La prensa apenas ha informado.
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Desde el "boom" de las explotaciones de gas de esquisto en Estados Unidos, con ya más de 10.000 pozos perforados desde el 2007, el repunte del incremento global de la concentración de metano en la atmósfera puede no ser una casual coincidencia. Ya lo escribí aquí mismo hace bastante tiempo (co2: Repunte de metano).
Evolución de la concentración de metano en la atmósfera en las últimas décadas
La curva del incremento global de metano en las últimas décadas levanta bastantes interrogantes. El ritmo de incremento fue decreciendo sin razones claras desde que comenzaron las mediciones hasta el año 2007, en el que de nuevo comenzaron a aumentar. Probablemente la disminución no fue debida a la disminución de las emisiones sino al aumento del ritmo de oxidación y destrucción del metano debido a un aumento de los radicales OH en el aire, quizás debido a su vez al aumento del ozono troposférico.
Sea cual sea la causa de aquella desaceleración, el incremento interanual a principios del siglo XXI fue pequeño, e incluso en el año 2000 experimentó un ligero descenso absoluto. Hay que tener en cuenta que la vida media en la atmósfera del CH4 es muy corta, unos 12 años, y que, por lo tanto, los desequilibrios que se producen entre su producción y su destrucción por los radicales OH son rápidamente apreciables.
Pero a partir del 2007 se reanudó el incremento, probablemente debido al aumento de los escapes de metano de los nuevos pozos de explotación de gas natural .
La importancia de las fugas de gas natural, que está compuesto esencialmente de metano, es minimizada por las compañías y por los medios de comunicación. Ocurre que existe una competencia económica entre las centrales térmicas de carbón y las de gas en la producción eléctrica. El gas es más negocio para los potentados del comercio mundial de la energía por estar, frente al carbón, bastante peor repartido entre las naciones. También tiene mejor prensa que el carbón entre periodistas y ecologistas. Las centrales de gas son necesarias compañeras de los molinos eólicos porque tienen la ventaja, frente a las de carbón, de poder ponerse casi inmediatamente en marcha cuando el viento cesa. Con estas razones de fondo, las compañías eléctricas han jugado en los últimos años a demonizar al CO2 y al carbón como causantes de un calentamiento global catastrófico.
Es cierto que una central térmica de carbón emite el doble de CO2 que una central de gas de la misma potencia. Una diferencia apreciable. Pero si el metano, CH4, se escapa sin ser quemado, sin convertirse por lo tanto en CO2 y agua, puede teóricamente producir un efecto invernadero tan fuerte como la achacable a esa diferencia y no tener sobre el carbón esa supuesta "ventaja", ya que molécula por molécula el potencial de calentamiento del metano es mucho mayor que la del dióxido de carbono.