El subsuelo de Gran Bretaña es probablemente riquísimo en extensos estratos pizarrosos con contenidos de gas y de petróleo susceptibles de ser extraídos con las nuevas tecnologías desarrolladas por sus pragmáticos primos de América, en donde abrieron 10.000 pozos en 2012.
Cameron, que sabe que lo tiene fácil, ha declarado a los medios de comunicación británicos que el fracking es uno de esos debates en los que está decidido a vencer. Afirma que si los británicos no apoyan esa tecnología perderán una preciosa oportunidad de ayudar a las familias a pagar las cuentas y a hacer que su país sea más competitivo. Sin el fracking, el Reino Unido podría caerse de la dura competición global. Por lo tanto su mensaje es claro : no pueden perder la oportunidad del fracking.
Ante el apoyo cada vez mayor de los medios de comunicación británicos a la nueva tecnología, no les queda más remedio a los ecologistas conservadores, a los verdes liberales y a los despistados laboristas que lloriquear un poco y patalear un rato.