01 abril 2008
Todos queremos carbón
Que si renovables, que si nucleares. Leo en El País un artículo de opinión de Joaquín Estefanía, en el cual no se cita una sola vez al carbón.
Pero en un artículo del Washington Post leo que hoy por hoy es el carbón la fuente de energía que más crece a escala global. Dos tercios del carbón se utilizan en la producción de electricidad en centrales térmicas. Un tercio directamente en la industria, especialmente del acero y del cemento. El consumo de carbón produce el 40 % de las emisiones de CO2. Y el consumo mundial ha aumentado un 30% en los últimos seis años. La razón principal: China e India se desarrollan.
En Europa, el gallinero: divergencia de opiniones. Francia está por lo nuclear. "Le pétrole de la France", según Le Figaro. Pero Alemania apuesta por el carbón, aunque sea de importación (el propio le cuesta mucha subvención). En Alemania el carbón suministra el 50 % de la electricidad y según se refleja en el mapa, que procede de una página de Greenpeace, hay en proyecto un enorme incremento de su potencial ("non queiro, non queiro, bótamo no sombreiro"). En Gran Bretaña el carbón ha vuelto y supera en 2007 al gas natural como fuente de electricidad. Hasta The Independent lo reconoce: "Back to black: return to coal power". Una central térmica en un puerto de la costa este, Kingsnorth, en Kent, construida por E.ON UK, suministrará en 2012 la electricidad consumida en 1,5 millones de hogares, 1.940 MW de potencia.
Por el contrario, en Estados Unidos, Obama se olvida de lo que decía hace más de un año ("El Presidente Obama nos traerá carbón") y se retrata en una planta de Gamesa USA, para no ser menos que McCain, que en esto del CO2 siempre ha sido más ecologista que nadie. Así que es casi imposible allí construir nuevas centrales térmicas. No obstante, Estados Unidos tiene enormes reservas y sus exportaciones de carbón, que incluyen a España, han aumentado este año un 19%. Otra estúpida incongruencia: qué más da, si se supone que el efecto del CO2 es global, quemar el carbón aquí, o quemarlo allá.