IETA es una asociación internacional empresarial que promociona el mecanismo del mercado de emisiones de CO2 establecido en el Protocolo de Kioto. Un lobby que reúne a grandes empresas y grandes bancos mundiales con el fin de canalizar y sacar ventaja económica de la descarbonización de la atmósfera … Paradójicamente entre sus miembros se encuentran grandes petroleras como BP o gasísticas como Gazprom ( y las españolas Repsol, Endesa, Gas Natural …).
El sistema del mercado de emisiones se encuentra actualmente en su segunda fase, que comenzó en Enero del 2008 y finalizará en Diciembre del 2012. En esta fase los gobiernos, fundamentalmente europeos, reparten cada año a unas 11.000 empresas un número determinado de vales de emisión de CO2 (asignaciones en lenguaje fino; permiso para emitir una tonelada de CO2 por cada asignación).
Por otra parte, la ONU, dentro del subsistema que se denomina Mecanismos de Desarrollo Limpio, da validez en países subdesarrollados a una serie de proyectos "limpios" cuya participación da derecho a obtener más vales. Por ejemplo, se acaban de aceptar dos proyectos de construcción de presas hidroeléctricas en China que reportarán vales de emisión de CO2 a las empresas occidentales que las construyan. Luego, cada poseedor de estos vales, es libre de utilizarlos en sus países, emitiendo CO2, o de venderlos en el mercado internacional.
El gran lobby, IETA, ha servido y sirve para que los gobiernos sean generosos y repartan con equidad las asignaciones . También para que la ONU (aconsejada por el IPCC) acepte proyectos “limpios” de los que dan derecho a obtener más cuotas. Pero conviene que la generosidad pública no sea excesiva, pues si hay regalos para todo el mundo, el precio de la tonelada de emisión, que ahora ronda los 15 euros en el mercado europeo, se hundiría. Y conviene a la mayoría, no a todos, que se mantenga o que suba …
En Enero del 2013 deberá comenzar la tercera fase del mecanismo, en la cual se mantendrá el sistema de mercado pero los gobiernos ya no regalarán nada, sino que sacarán a subasta las asignaciones.
Sin embargo, a pesar del Protocolo de Kioto, en el que se basa el mercado de emisiones, está tomando fuerza en algunos gobiernos la idea de que es más sencillo y mejor poner tasas al CO2. Un primer intento de Sarkozy de poner en práctica la taxe carbone en Francia fracasó el año pasado porque el Consejo Constitucional la echó atrás. Ahora el gobierno inglés lo sugiere también y la IETA, como es lógico, ha protestado. Sin mercado, no hay negocio y , si me apuran, ni "cambio climático".