Los noruegos estarán, sí, muy concienciados, pero son unos derrochones. Gastan de electricidad en sus casas más de 1.200 euros por persona al año. Y le dan el nobel a Gore.
Son muy ricos por el petróleo, aunque hagan ver que es por otra cosa. Dicen NO a Europa en referendum y nadie les pide que lo repitan.
Noruega es el quinto exportador mundial de petróleo, por delante de Kuwait y de Nigeria, y además, con sus nuevas explotaciones en el Artico, tienen aún para extraer durante un rato.
Son muy naturistas pero necesitan electricidad. Ya no sufren el frío y la oscuridad del invierno a las bravas, como hacían sus antepasados.
Cualquier día, abrumados por sus contradicciones, abandonarán Noruega y emigrarán a Sevilla, o a Sicilia. Sólo quedarán por allí unos cuantos ecologistas auténticos y algunos lapones.