Concentración de metano (CH4) y de dióxido de carbono (CO2) en el observatorio de Mauna Loa (Hawai), 1987-2011
Las tomas de datos del metano comenzaron en Mauna Loa en el año 1987. Mauna Loa es el observatorio hawaiano cuyas mediciones suelen ser tomadas como referencia de la evolución global de la concentración de gases invernadero. En la figura de arriba comparo la curva de incremento del metano con la del CO2 (curvas desestacionalizadas, en las que no se da cuenta de las variaciones estacionales).
La concentración de CO2 presenta un incremento regular en todos estos años, a excepción de un pequeño parón de crecimiento en los primeros años que sucedieron al colapso de la Unión Soviética y de su industria pesada en los años 90.
La curva del metano es muy irregular. El ritmo de incremento fue decreciendo hasta hace pocos años sin razones claras. Probablemente no fue porque las emisiones disminuyesen sino porque aumentó el ritmo de oxidación y destrucción del metano debido a un aumento de los radicales OH en el aire, quizás debido a su vez al aumento del ozono troposférico.
El metano es un gas invernadero muy efectivo, con una concentración atmosférica media actual de 1,8 ppm (en los tiempos preindustriales su concentración atmosférica era de 0,7 ppm). Se cree que el forzamiento radiativo producido desde entonces es importante, unos 0,7 W/m2 (el del CO2 es 1,7 W/m2). Las fuentes de emisión naturales y antrópicas son muy variadas (termiteros, vacas, marismas, campos de arroz, vertederos, minería del gas y del carbón, etc) pero la destrucción del gas por los radicales OH del aire es rápida, de tal manera que la vida media del metano atmosférico es de tan sólo unos 12 años. La evolución de la concentración atmosférica depende por eso, no sólo de las fuentes, sino también de la mayor o menor presencia de estos radicales hidroxilo en el aire.
La curva indica que hace unos años se había llegado a un equilibrio entre la emisión y la destrucción de metano, por lo que su concentración en la atmósfera dejó de aumentar. Sin embargo, desde hace cuatro o cinco años, coincidiendo con el nuevo boom de la minería del gas y del carbón en los países que crecen (no en España, por supuesto), la curva del metano atmosférico, probablemente debido a los escapes, comenzó a aumentar de nuevo.