Flujo anual neto de carbono (2001-2010), exceptuando las emisiones de carbono fósil. En azul gana la absorción de la vegetación y del suelo, en rojo pierde.
A pesar del lavado cerebral a que estamos sometidos desde hace tiempo, el CO2 atmosférico es, junto con el agua del suelo, el elemento esencial de la fotosíntesis y su aumento ha favorecido y favorece el incremento de la materia orgánica del planeta. Un trabajo publicado en Nature lo demuestra empíricamente para la región del Amazonas y concluye que el efecto fertilizante del CO2 puede ser superior al supuesto daño ejercido por el cambio climático.
La materia orgánica —el elemento carbono—, fijado en la vegetación y en los suelos, ha venido aumentando desde que la acción benéfica del CO2 se ha incrementado. El carbono fósil devuelto a la atmósfera por la quema de combustibles se ha reintegrado al ciclo del carbono vivo, por lo cual ha aumentado también el flujo de carbono desde el aire hacia la biomasa.
Cálculos del Earth System Research Laboratory de la NOAA indican que en la reciente década 2001-2010 la emisión anual de carbono debido a la quema de combustibles fósiles fue más o menos de unos 8 Pg (Pg es un petagramo y equivale a una gigatonelada o a mil millones de toneladas). A esta emisión se añade una emisión de unos 2 Pg debida a los incendios forestales.
Pero no toda esta emisión de carbono, 10 Pg, se quedó en la atmósfera sino que una gran parte, 4 Pg, hizo aumentar la materia orgánica de la vegetación y de los suelos del planeta, ya sea en ecosistemas forestales, como en Siberia, o en ecosistemas agrícolas, como en Estados Unidos.
No en todas partes se dio este aumento de carbono o de biomasa. En algunas zonas, especialmente tropicales, la tala de los bosques para obtener madera y la quema de árboles para aumentar la extensión de campos de cultivo (muchas veces de soja o de caña para fabricar el "ecológico" etanol) hizo que se perdiera carbono (en rojo en el mapa). Sin embargo, en grandes extensiones de los continentes, incluído el corazón de la Amazonia —allí donde no llegaron las motosierras—, hubo una absorción neta de carbono (en azul en el mapa), ya que la absorción de carbono por fotosíntesis fue superior a la pérdida por respiración, e hizo aumentar la producción de biomasa.
Study: Amazon Forest More Resilient to Climate Change Than Feared
CarbonTracker