En Francia, las compañías de automóviles han promocionado durante las últimas décadas el diesel y los impuestos del gobierno han sido menores, de tal forma que el 60 % de los vehículos galos lo utilizan hoy día.
Un litro de diesel consumido emite algo más de CO2, unos 2.650 gramos, que un litro de gasolina, unos 2.320 gramos, ya que un litro de diesel contiene más carbono para quemar que un litro de gasolina. Pero con un litro de diesel se recorren normalmente más kilómetros que con un litro de gasolina, por lo que un auto con diesel emite normalmente menos CO2 por kilómetro recorrido que un auto con gasolina.
Ahora bien, los motores diesel queman más imperfectamente el carbono y por eso emiten más partículas carbonáceas finas, cancerígenas, que los motores de gasolina. Por eso han sido y son más contaminantes. No por el CO2 sino, al contrario, por el carbono que no ha sido convenientemente oxidado.
Ahora la ministra francesa de ecología Delphine Batho quiere subir el impuesto al diesel. En esta época de ecologismo bobalicón, confundir durante décadas a la población y tratar al CO2 de contaminante ha llevado a estas políticas malsanas e incongruentes.