06 abril 2011

Un anuncio raro


Un anuncio raro, sin atorrantes molinos de viento, que el otro día vi en la edición europea de la revista Time. Es de Statoil, la compañía noruega del gas y del petróleo.

Hace años, los promotores de las centrales térmicas de gas natural, que competían en Europa con las centrales de carbón, pusieron el acento en declararse modernas, limpias y ecológicas y contribuyeron impetuosas a la creación del mito del CO2. Lograron que el público no se enterase demasiado que la combustión de metano (o sea, de gas natural) también produce una considerable cantidad de CO2 (menos que el carbón, pero bastante: unos 400 g de CO2 por kWh producido con gas, frente a unos 800 g de CO2 por kWh producido con carbón).

Quizás ahora su competidor en Europa ya no sea el carbón, bastante maltratado ya, y tratan de sacar partido frente a las incertidumbres y carestía de la eólica y los horrores de la nuclear. El texto del anuncio recalca que el gas natural es una fuente de electricidad disponible y en la que se puede confiar.

Estoy convencido que en muy poco tiempo la publicidad sería capaz de dar un giro de 180 grados a la percepción pública sobre el CO2 y el cambio climático. De nefasto a benéfico. En muy poco tiempo. Tengo varias ideas. Contrátenme.