08 enero 2013

Manda China


Después del fracaso del Protocolo de Kioto, con el que se pretendía reducir un 5 % las emisiones globales de CO2 con respecto a las que se emitían en 1990 — y han aumentado un 58 % gracias a los chinos—, se mantiene la farsa del liderato europeo en las ruinosas energías solar y eólica. En realidad, la mayor parte de la producción global de placas solares y aerogeneradores también es hoy china.

La nueva memez europea en la "decarbonización" de la economía es el proyecto ULCOS (Ultra-Low Carbon Dioxide Steelmaking), mediante el cual el gobierno de Hollande ha querido camelar a los obreros siderúrgicos de Florange —acería emblemática francesa en donde se forjó en su día el hierro de la Torre Eiffel—, prometiéndoles la continuidad de sus altos hornos. Ahora el gobierno francés pretende que se fabrique allí "acero ecológico", bajo en carbono, de la misma calidad que el fabricado en otras partes del planeta, pero emitiendo menos CO2 en su fabricación. Por supuesto, con métodos de fabricación carísimos que lo hacen comercialmente inviable en cualquier régimen económico que no sea el de la autarquía.

Mientras tanto por el este de Europa entran con fuerza los chinos. En Ucrania, la empresa estatal Naftogas ha firmado recientemente un préstamo de 3.656 millones de dólares con un banco chino  para desarrollar nuevas plantas térmicas de electricidad que funcionarán a base de carbón ucraniano, lo que  hará disminuir su dependencia del gas de Rusia. La tecnología utilizada en estas nuevas plantas de mayor eficiencia, en donde se gasificará el carbón antes de su quema, también será china.

Ulcos, un projet bien incertain pour Florange
China Bankrolls Ukraine to Substitute Gas With Coal