17 enero 2008

La hipocresía francesa


Francia se proclama la leader en la pelea global por el exterminio del CO2. La televisión francesa es de una unanimidad insoportable al achacar al CO2 la catástrofe. Las reuniones de Grenelle vomitivas. Los elogios a Al Gore, insufribles.

Apago la tele asqueado y surfeo por la web. Me entero que la compañía francesa Alstom acaba de ganar un contrato para fabricar las seis turbinas de una macrocentral de energía eléctrica de carbón en Sudáfrica (ver aquí).

La central de carbón tendrá nada menos que una potencia de 4.800 MW, que es una barbaridad (toda la potencia instalada en centrales térmicas de carbón en España suman poco más de 13.000 MW; la central de carbón de As Pontes, la mayor de España, tiene una potencia de 1.400 MW).

Así que mientras Sarkozy ayuda a Areva ("por un planeta sin CO2") a vender centrales nucleares por el norte de Africa, con suministro de uranio enriquecido incluído y soldaditos franceses para cuidar las minas (Niger), otra gigante francesa, Alstom, de forma más discreta, vende una central de carbón en Sudáfrica, con una cifra en MW muy superior a la de las nucleares.

Me alegro por Sudáfrica, en donde, además, el carbón líquido suministra más del 30% del combustible utilizado en el transporte. Pero, ay, vosotros franceses, quels hypocrites!