25 enero 2008

Sleipner


Sleipner es una plataforma del Mar del Norte, propiedad de la compañía noruega Statoil, dedicada a la extracción de gas natural. El gas es sobre todo gas metano (CH4) pero en algunos yacimientos se encuentra mezclado con una importante proporción de dióxido de carbono (CO2), que es inútil como combustible y del que es preciso deshacerse. En Sleipner, una vez extraído el gas y separado el metano del dióxido de carbono, éste es inyectado de nuevo en el subsuelo marino y confinado y disuelto en un estrato profundo de roca porosa, que contiene agua y sales (un acuífero salino).

La aplicación de este sistema de captura y almacenamiento geológico de CO2 a las centrales eléctricas de gas y de carbón está siendo ya promocionada por los gobiernos de Estados Unidos y de Europa, incluído el español No se pregona mucho, porque no tiene la aquiescencia ecologista, pero en la próxima década probablemente ya funcione el sistema en algunas partes. En vez de emitir al aire el CO2 producto de la combustión de gas y carbón, se inyectará en el subsuelo. Es una de las soluciones más prácticas a los que creen que el CO2 es un gas nocivo, que nos lleva a la catástrofe climática, y que con dejar de emitirlo ya no habrá cambio climático (como dice Durao Barroso, que de clima sabe un montón).

Y a los que nos gusta el CO2, pues tampoco nos parece mal. Ahí abajo quedaría, almacenado para cuando lo necesitemos.