19 enero 2009

Vámonos para Gibraltar.


Gibraltar quiere ganar terreno al mar, cuenta el patriótico ABC escandalizado. El mar, dice el periódico, es de España y los materiales de relleno también. La ampliación del aeropuerto y un macroproyecto de Norman Foster, suponen, como en Dubai, ensanchar el peñón ganando terreno al agua.

Más acá de la frontera, en la ecológica España, la murga de estos años ha sido la contraria: que la subida del mar debido al cambio climático anegaría los emplazamientos costeros y, entre los más citados, la Manga del Mar Menor. Así que lo mejor era retirarse, no construir más ni casas ni hoteles.

Y no se construye, ni en la costa, ni en el interior (véase Seseña, barrio de Brasilia en un páramo manchego), en donde también la propaganda antiurbanística, basándose en la fatal y progresiva escasez de agua, ha sido la predominante en los medios de comunicación, especialmente en los de izquierdas. Pues que la traigan de Valdecañas y ya.

Así que no se construye más y el paro avanza. Leo, no sé si será cierto, que las dos terceras partes de los parados de España, leader en el avance europeo hacia el desempleo, proviene de ese sector.

Otro es el del automóvil. La crisis en la venta y fabricación de automóviles, que afecta a todos, toyotas incluídos, proviene también, en parte, de la maldición del CO2. Un comentario en el blog de Valdeperrillos Un sitio con mar lo explicaba muy bien:

"... lo he visto muy claro con el sector reglamentario del automóvil, donde me gano la vida. Cuando los vehículos han conseguido ya el objetivo de tener tan pocas emisiones contaminantes (CO, HC, NOx y partículas) que hace falta un equipo de laboratorio sofisticado para cuantificarlas, cuando ocurre con frecuencia que el aire de admisión tiene más cantidad de esos contaminantes que el de escape, es decir que un moderno motor "Euro 4" funcionando a su temperatura de trabajo... "purifica" el aire, entonces ya no quedan excusas por ahí... ¿Y qué se han inventado? Pues considerar "contaminante" el CO2, la nueva moda para criminalizar a los vehículos. Por ahí no se pueden librar a no ser que no consuman combustible..."

Y más paro promovido directamente por la compraventa de emisiones de CO2, esencia del Protocolo de Kioto. Denunciaba el lunes EL País, en un artículo muy claro de R. Méndez titulado La industria ingresa más de 400 millones por la venta masiva de CO2 , que diversas empresas españolas, especialmente del sector ligado a la construcción (ladrillo, azulejos, cementos), sacan más rendimiento financiero vendiendo las cuotas de CO2 que les otorgó el gobierno que utilizándolas para fabricar ladrillos, azulejos o cemento. Así que obreros al paro.

Hoy toma posesión Obama. Dicen que es un admirador de la política de España contra el cambio climático. Que se lo expliquen.