Número de días en 2010 en el que se superó en algún lugar del país el umbral de ozono nocivo
Hay otro aspecto interesante. El CO2 no tiene nada que ver en la formación de ozono. Pero el ozono es también un gas invernadero, de lo cual se habla poco, ya que a los modelos se les escapa su realidad numérica dada su enorme variabilidad.
Sin embargo, para algunos científicos el incremento del ozono troposférico es el principal factor del calentamiento del Artico y es posible que tenga una señalada influencia también en zonas soleadas y contaminadas por óxidos de nitrógeno como el sur de Europa. Sobre todo, en verano.
Aunque el catecismo ecologista habla de un ozono "bueno" y de un ozono "malo", la verdad es que el ozono estratosférico (más allá de 10.000 metros de altitud, el "bueno") y el troposférico (entre 0 y 10.000 metros, el "malo") son lo mismo y tienen las mismas propiedades. Tanto el de arriba como el de abajo detienen parte de la radiación ultravioleta y tanto el de arriba, que se localiza fundamentalmente en la baja estratosfera (a unos 15.000 metros de altura), como el de abajo ocasionan un efecto invernadero. Con respecto a esto último el IPCC estima qe la pérdida de ozono estratosférico ha ocasionado un enfriamiento global de 0,1 W/m2 y el aumento del ozono troposférico ha ocasionado un calentamiento global de 0,4 W/m2.
El calentamiento atribuído al ozono troposférico a escala global es tan solo la tercera parte del calentamiento atribuido al CO2. Ahora bien, así como el CO2, por su larga duración en el aire, se reparte más o menos homogéneamente por los dos hemisferios y es fácil de modelizar, el ozono troposférico es mucho más abundante en el hemisferio norte y más en unas zonas que otras, lo que puede hacer que sea mucho más importante en regiones sensibles como el Artico o el Mediterráneo.
Por ejemplo, el ozono transportado hacia el Artico desde los cielos contaminados de Norteamérica y , sobre todo, de Rusia y de China, ha podido ser la causa de entre el tercio y la mitad del calentamiento registrado allí en la segunda mitad del siglo XX (Shindell, 2006).