Sin embargo las emisiones humanas durante este período batieron el record y superaron las 30 Gigatoneladas de CO2, lo que significa que menos de la tercera parte de lo que se emitió se quedó en la atmósfera. Las dos terceras partes de lo equivalente a lo emitido reverdecieron en mares y continentes. Gracias a la intensificación de la fotosíntesis aumentó la materia orgánica viva del planeta. Carbono fósil pasó a ser carbono vivo.
La anomalía fría en el Pacífico Tropical, esto es, La Niña que lo afectó en la primera mitad del ciclo anual, también contribuyó probablemente a que el mar se quedase con más CO2 que otros años.