El índice que se denomina PDO (Pacific Decadal Oscillation) (co2: La oscilación del Pacifico) que señala las desviaciones de la temperatura en la costa atlántica de Alaska sigue teniendo desde hace cuatro años valores predominantemente negativos.
En consonancia con el frío de Alaska, el mar de Bering que acaba por el norte en el estrecho que se abre al Ártico, presenta este final de invierno según imágenes de la NASA 100.000 km2 más de hielo que la media de los años 1979-2000. Los vientos preponderantes han sido del norte.
Lo que ocurre con el hielo en el mar y el estrecho de Bering contrasta con el poco hielo que ha habido en la parte europea del Ártico, en el mar de Barents y el mar de Kara, en donde el viento del oeste y la entrada de las aguas templadas de la corriente del golfo y de la deriva nordatlántica se ha visto favorecida.
Probablemente el CO2 poco tiene que ver, o nada, con estas variaciones y diferencias geográficas en la región del Ártico.