02 mayo 2010

Carbón por petróleo

Todos los presidentes prometieron lo mismo, reducir la dependencia de la importación en el suministro de petróleo. Ninguno lo consiguió. Obama no lleva tampoco camino de hacerlo. Será probablemente una tarea imposible en décadas, con los problemas geopolíticos que eso conlleva.

A no ser que el presidente americano se decida a dar un impulso significativo al transporte eléctrico, público y privado, y a una utilización del carbón, no menor sino aún mayor que la actual, en la producción de electricidad de la nación (actualmente las centrales de carbón suministran casi el 50 % de la producción eléctrica).

Las reservas de Estados Unidos son ingentes. Como el propio Obama ha dicho en más de una ocasión, la potencia energética de sus reservas de carbón es superior a la de las reservas de petróleo de Arabia Saudí. Pero el mito del apocalipsis climático que produciría el CO2 emitido, con todo el tinglado económico montado alrededor y los beneficios financieros que obtienen los comerciantes de cuotas de emisión (por ejemplo Goldman Sachs) hace imposible tomar ese camino.

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