19 septiembre 2007

Sin noticias del agujero


El agujero de ozono de la Antártida no es noticia. Y sin embargo, como las uvas y los higos, está de temporada.

El "agujero" no es un agujero. Es una disminución temporal, que dura de agosto a diciembre, en el total de ozono que hay sobre la Antártida. Se considera que hay "agujero" allí en donde el ozono total en la columna de aire, desde el suelo hasta la estratosfera, no supere las 220 unidades dobson, o lo que es lo mismo, unos 2,2 milímetros de grosor si todo él fuese traído a ras del suelo.

Arriba pongo el mapa del pasado día 16 de Septiembre en el que se indica la cantidad total de ozono, medido en unidades dobson.

El agujero de ozono de la Antártida, en donde el sol estos días apenas asoma unos grados por encima del horizonte, nunca ha sido peligroso para la población humana.

El agujero de la Antártida suele estar rodeado, como se observa en el mapa, de un anillo de alta concentración de ozono, que lo separa de las zonas pobladas. Quizás llegue a alcanzar el sur de Chile o de Argentina pero en algunas zonas tropicales, véase Indonesia, la cantidad de ozono es también pequeña, poco más de las 220 unidades dobson, y allí el Sol sí que pega. Es lo normal, ahora y siempre.

Cuando, allá por diciembre, se muevan los vientos que giran alrededor de la Antártida y se rompa su trayectoria circular, entrará ozono en el vórtice polar y sobre el continente austral se alcanzarán, como todos los años, máximos mundiales.

Abajo pongo un gráfico de la evolución del área del agujero. Se señala la evolución en diferentes años. La propaganda oficial nos dice que el Protocolo de Montreal, que en 1987 prohibió los CFCs, fue magnífico y resolvió el "problema". En realidad, la extensión del agujero del año pasado (en rojo) superó con creces la media, y este año (rombitos negros) lleva camino de lo mismo.


ref: Total Ozone Mapping Spectrometer (NASA)