De nuevo periódicos y televisiones, mostraban ayer otra prueba más del cambio climático: un enorme iceberg desgajado de la plataforma de Wilkins, en el lado occidental de la Península de la Antártida. Me tocó oírselo a Matías Prats en Antena 3. Y casi diría que me tocó vérselo, pues el hombre, al comentarlo, puso cara de iceberg a la deriva, de "uyuyuy ... que me derrito". Un gran profesional. No sólo te lo dice, sino que incluso lo ves, lo sientes. Y hasta pasas calor en la Antártida.
El pasado mes de Septiembre, al final del invierno austral, la extensión del hielo marino que rodea a la Antártida batió el record de extensión desde 1979, año en que los satélites comenzaron a medirla. Luego, como todos los veranos se redujo casi en su totalidad (pinchar gráfica). Hay algunas plataformas de hielo costero que aguantan la insolación veraniega. Especialmente las plataformas de Ross y de Ronne, en el mar de Wedell. Y al parecer así ocurría también con la plataforma pequeña de Wilkins.
La plataforma de Wilkins se encuentra en una zona, la Península de la Antártida, que en las últimas décadas ha sufrido, por razones de la circulación de vientos y corrientes, un calentamiento. Pero los que, aparte de periódicos y teles, consultamos internet, sabemos que el conjunto de la Antártida no se ha calentado y que el hielo marino ha seguido en los últimos años su vaivén estacional.
ref.: Polar Sea Ice Cap and Snow - Cryosphere Today