Inundaciones en China en 1931
En Noviembre de 1970 el ciclón tropical Bhola arrasó Bangladesh, todavía entonces dependiente de Pakistán, y causó más de 300.000 muertos. Las enormes olas que arrasaron la costa fueron más mortíferas que el propio viento. Algunos de ustedes recordarán el desastre y el gran concierto musical en ayuda a las víctimas que organizaron George Harrison y el bengalí Ravi Shankar en Nueva York. Entonces no se hablaba de CO2, ni de “calentamiento global”. Al revés, entre los climatólogos se discutía la posibilidad de una nueva glaciación, ya que el clima desde mediados de los años 40 se había enfriado un poco y fue entonces cuando esta tragedia ocurrió.
Pero el fenómeno meteorológico que más número de muertes produjo en el siglo XX no fue ése, sino las inundaciones de China en 1931 tras el desbordamiento de varios de sus ríos más importantes. Aunque la cifra de la población era bastante más baja que la actual, el agua causó el ahogamiento de cientos de miles de personas y arruinó a 30 millones de campesinos. Por entonces las emisiones globales de CO2 eran muy inferiores a las de hoy.
Aquella década fue nefasta. Al otro lado del Pacífico, una larga sequía, que duró de 1930 a 1936, “el Dust Bowl”, azotó amplias zonas de los Estados Unidos, provocando desplazamientos en masa hacia California y una importante crisis económica.
Dos décadas más tarde, Europa quedó consternada cuando el 1 de febrero de 1953 el empuje de una tormenta en el Mar del Norte elevó el mar casi 6 metros, rompiendo los diques de Holanda e inundando el 70% de aquel país. Hubo más de un millar de muertos y tremendas pérdidas de ganado.
Y estos desastres climáticos ocurrieron antes de que se pudiera culpar de todo al CO2.